Se encuentra habilita la muestra de pinturas al óleo de la artista Marilé Ardissone. Los trabajos fueron realizados en su Taller de Arte, donde viene pintando desde hace años.
En su biografía se puede observar que ha pasado por diversas etapas creativas, llega a la pintura, buscando un lenguaje con el cual expresar vivencias y experiencias vividas. Cada periodo de la obra de esta artista está ligado a un momento emocional fuerte para ella, logrado transmitir esos estados de ánimos a través de la pintura.
Sus primeros pasos en la creación se los da a través de la artesanía urbana, que la aprende desde muy pequeña, su madre era supervisora de Artes Aplicadas de renombrados institutos del país. Fue perfeccionando su técnica a través de talleres en el país y el Brasil donde residió por un periodo. Al regresar, encuentra en la pintura al óleo el lenguaje que tanto desea para volcar sus inquietudes, no sin antes experimentar muchas otras técnicas.
Sus obra presenta una temática llena de energía y color que forma parte inherente de la personalidad del artista, se puede notar a la vez el realismo de lo representado, la leve dejadez de un lugar idílico, donde las flores jamás se deberían marchitar; donde las flores, como los sentimientos, no deberían morir.
Ella no pinta flores, bodegones o paisajes. Plasma en el lienzo la magia natural y recrea un poema visual de colores que capta el espíritu y la esencia de lo representado.
La exhibición puede ser visitada de lunes a viernes de 08:00 a 16:00 hasta el 30 de noviembre en el Salón Edith Jiménez de la DNCP sito en EE.UU 961 c/Tte. Fariña.
En su biografía se puede observar que ha pasado por diversas etapas creativas, llega a la pintura, buscando un lenguaje con el cual expresar vivencias y experiencias vividas. Cada periodo de la obra de esta artista está ligado a un momento emocional fuerte para ella, logrado transmitir esos estados de ánimos a través de la pintura.
Sus primeros pasos en la creación se los da a través de la artesanía urbana, que la aprende desde muy pequeña, su madre era supervisora de Artes Aplicadas de renombrados institutos del país. Fue perfeccionando su técnica a través de talleres en el país y el Brasil donde residió por un periodo. Al regresar, encuentra en la pintura al óleo el lenguaje que tanto desea para volcar sus inquietudes, no sin antes experimentar muchas otras técnicas.
Sus obra presenta una temática llena de energía y color que forma parte inherente de la personalidad del artista, se puede notar a la vez el realismo de lo representado, la leve dejadez de un lugar idílico, donde las flores jamás se deberían marchitar; donde las flores, como los sentimientos, no deberían morir.
Ella no pinta flores, bodegones o paisajes. Plasma en el lienzo la magia natural y recrea un poema visual de colores que capta el espíritu y la esencia de lo representado.
La exhibición puede ser visitada de lunes a viernes de 08:00 a 16:00 hasta el 30 de noviembre en el Salón Edith Jiménez de la DNCP sito en EE.UU 961 c/Tte. Fariña.